Persiste la desigualdad de género en el mercado laboral chileno

 Persiste la desigualdad de género en el mercado laboral chileno

A medida que se acerca el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, la reciente Encuesta Laboral (ENCLA) 2023, realizada por la Dirección del Trabajo (DT) y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), pone de manifiesto las persistentes desigualdades de género en el ámbito laboral chileno. A pesar de los avances en equidad, las cifras revelan desafíos significativos que requieren atención inmediata.

Participación laboral femenina estancada

La ENCLA 2023 indica que la participación de las mujeres en el empleo asalariado se ha mantenido en un 38% durante las últimas tres versiones de la encuesta, evidenciando una desaceleración en su incremento. Esta cifra subraya la necesidad de implementar políticas que fomenten una mayor inclusión femenina en el mercado laboral.

Concentración en remuneraciones más bajas

Un aspecto preocupante es la concentración de mujeres en los tramos de menores remuneraciones. Según el estudio, el 40,7% de las trabajadoras percibe 1,5 salarios mínimos o menos, en contraste con el 30,6% de los hombres. Esta disparidad salarial refleja una brecha de género que persiste en el país.

Segregación laboral y “techo de cristal”

La segregación laboral sigue siendo una realidad. Aunque la participación femenina en mandos medios (37,2%) es proporcional a su presencia en el empleo asalariado, la situación cambia en las jefaturas superiores, donde solo el 32,4% de estos cargos son ocupados por mujeres. Este fenómeno, conocido como “techo de cristal”, limita el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo y toma de decisiones.

Opiniones de especialistas

Vesna Mandakovic, académica de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo, destaca que “las barreras culturales y las expectativas sociales que definen los roles de género influyen en la percepción de las capacidades de las mujeres en el trabajo. Esto genera sesgos que están arraigados en la sociedad y se perpetúan en las organizaciones”.

Andrea Betancor Cazenave, economista de la Universidad de Talca, señala que, a pesar de la existencia de la Ley 20.348 que resguarda el derecho a la igualdad en las remuneraciones, “se ha diagnosticado claramente que la Ley está en el papel y que no ha resultado efectiva”.

Medidas para romper el “techo de cristal”

Para abordar estas desigualdades, es esencial implementar estrategias que promuevan la equidad de género en el entorno laboral:

  • Promoción de políticas de igualdad de oportunidades: Garantizar procesos de selección, formación y desarrollo profesional que eliminen sesgos de género y promuevan la equidad salarial.
  • Fomento de la conciliación laboral y familiar: Establecer políticas que faciliten el equilibrio entre la vida laboral y personal, como horarios flexibles y opciones de teletrabajo.
  • Implementación de la Norma Chilena 3262: Adoptar el sistema de gestión de igualdad de género y conciliación de la vida laboral, familiar y personal para abordar la equidad de manera integral en las organizaciones.
  • Impulso al liderazgo femenino: Fomentar la participación de mujeres en cargos directivos y de toma de decisiones, eliminando barreras estructurales y culturales que limitan su avance.

Cambios culturales en la industria minera

La industria minera, tradicionalmente dominada por hombres, ha comenzado a reconocer la importancia de la inclusión femenina. Iniciativas como el “Decálogo Minero”, firmado en 2018 por el Gobierno de Chile y diversas empresas del sector, buscan aumentar la participación de mujeres en minería, que actualmente es del 8,4%. Este compromiso incluye medidas como la promoción de buenas prácticas laborales, la eliminación de sesgos en procesos de selección y la creación de infraestructuras adecuadas para una fuerza laboral mixta.

Además, el Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género (SernamEG) ha presentado líneas de trabajo para promover la equidad de género y derribar el “techo de cristal” en las organizaciones. El programa Buenas Prácticas Laborales con Equidad de Género busca acompañar a empresas e instituciones en la implementación de iniciativas que fortalezcan la inclusión de mujeres en cargos directivos y promuevan la conciliación de la vida laboral y familiar.

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