Expertos: Automatización empeorará condiciones Laborales

Parece inevitable el hecho de que las máquinas empezarán a tomarse algunas de las actividades más comunes que realiza el ser humano como medio para subsistir. En efecto, actualmente se podría decir que la automatización se está abriendo paso en la economía a nivel mundial.
Cualquiera diría que no hay problema con que las máquinas realicen las tareas que no queremos hacer. Todo es felicidad hasta que nos damos cuenta que eso implicaría que el mercado laboral no necesitaría más de nuestros servicios. En otras palabras, una persona podría estar desempleada gracias a que una máquina puede hacer su trabajo más eficientemente.
¿Habría que gritar y correr en círculos? Puede que sí o no dependiendo desde donde se le mire. Un par de expertos en economía y desarrollo publicaron en un artículo para el Centro de Desarrollo Global las posibles consecuencias de tener un mundo dependiente de la automatización.
Trabajos sí, pero no como los quieres
Los autores dicen que es casi imposible determinar cuántos trabajos serán destruidos por la nueva tecnología. Sin embargo, la automatización puede tener efectos significativos en economías en vías de desarrollo. La razón es que buena parte del mercado laboral se basa en empleos perfectamente reemplazables. Por ejemplo, empleos físicos como las fábricas o la agricultura.
Si bien esto puede golpear fuerte, no creen que vaya a haber un desempleo masivo a causa de las máquinas. Se podría decir que habrá empleo suficiente, pero con condiciones laborales cada vez peores. Los trabajos podrían ser mal pagos, inestables, y sin beneficios como vacaciones, seguro médico o pensiones. Eso sí, los dueños de las máquinas tendrán cada vez más dinero por las ventajas de sus capacidades productivas.
Esto podría empeorar la calidad de vida y aumentar la desigualdad. En dado caso podría haber una insatisfacción política cada vez mayor, generando descontentos y movilizaciones de la gente en contra de la tecnología.
Posibles soluciones
Los autores también citaron algunas posibles soluciones para que el problema no se salga de las manos:
Se podrían gravar impuestos a los productos que creen las máquinas o a las máquinas mismas, así como ciertas regulaciones para desincentivar el uso de los robots. No obstante, esto podría ser difícil de aplicar en una economía abierta. Los clientes siempre buscarán los productos más baratos, que normalmente los pondrá la automatización.
Reducir los costos de la mano de obra humana. Esto se lograría reduciendo salarios o quitando beneficios como las vacaciones. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo sin que la gente salga a protestar.
Re-entrenar a los trabajadores cuyos empleos se vean amenazados por la automatización.
Se les podría enseñar a las personas a ganar otras habilidades y dedicarse a otros oficios, pero esto sería muy caro de subsidiar. No se sabe si quiera si pueda valer la pena.
Aplicar una Renta Básica Universal, que sería una forma de seguridad social para todos en el que el gobierno les provea de dinero. Esto es algo que sería poco factible en países en vías de desarrollo.
Viendo las alternativas disponibles, los autores sugieren que todavía no hay insuficiente investigación para proponer una solución real y efectiva ante este problema:
“Cuestiones como la rentabilidad, las regulaciones laborales, la sindicalización y las expectativas corporativo-sociales serán al menos tan importantes como las limitaciones técnicas para determinar qué trabajos serán automatizados”.